En la escena musical de los 80, hay pocos productores que hayan dejado una huella tan profunda como Rick Rubin es posible que no le conozcas, pero es uno de los grandes.
Su papel en el aumento de la visibilidad del hip-hop en aquella época más rockera es innegable
Su trabajo en «Licensed to Ill», el primer álbum de Beastie Boys, es el que marcó un antes y un después en la fusión del Rock y el Hip-Hop. El tema «No Sleep Till Brooklyn» se convirtió en el estandarte de este nuevo sonido, y el productor Rick Rubin estuvo en el núcleo de su creación.
El riff que cambió el juego
Mientras que el frenético solo de Kerry King suele acaparar la atención, fue Rubin quien sentó las bases con su guitarra rítmica. En una reciente entrevista con Rick Beato, Rubin reveló: «Habría sido una Gibson SG Junior». Esta guitarra, reliquia de sus días en una banda punk, fue la misma que sobrevivió a un robo en su apartamento de Nueva York.
Aunque Rubin describe modestamente su contribución como «bastante rudimentaria», su riff inicial se volvió icónico. No era solo música; era el puente sonoro entre dos mundos que hasta entonces parecían irreconciliables.
El nacimiento de un sonido en Chung King
La grabación tuvo lugar en Chung King House of Metal, un estudio legendario en Nueva York que fue testigo del nacimiento de innumerables clásicos del hip-hop entre 1986 y 2015. Rubin recuerda: «Creo que nuestro enfoque realmente estaba en las palabras y la onda de los raps. Y en este caso, era como una pista de rock. Era más como un vehículo para las voces».
Para Rubin, la fusión de rap y rock fue algo «completamente natural». Como ávido fan de ambos géneros, no veía nada extraordinario en mezclarlos. «Simplemente nadie lo había hecho», reflexiona. «En realidad, mucha gente escucha todo tipo de música diferente. Este es el resultado de eso, y el hecho de que fuera popular te dice que había mucha gente a la que también le gustaban esas dos cosas».
Un legado inspirador
A pesar de la modestia de Rubin sobre sus habilidades guitarrísticas, su impacto fue profundo. Justin Hawkins, líder de The Darkness, llegó a reconocer a Rubin como «uno de los guitarristas más inspiradores de mi infancia», lo que demuestra cómo su influencia trascendió diferentes géneros y generaciones.
Más allá de Beastie Boys
La visión innovadora de Rubin no se limitó a Beastie Boys. En la misma entrevista, reveló cómo influyó en el sonido del disco «Reign in Blood» de Slayer, usando a Metallica como un ejemplo de «lo que pensaba que estaba mal». Esta anécdota subraya la amplitud de la influencia de Rubin en la música moderna, desde el hip-hop hasta el metal más extremo.
«No Sleep Till Brooklyn»
No fue solo un temazo, fue la culminación de una nueva era en la música mainstream. Rick Rubin, con su Gibson SG Junior y su visión sin limitaciones, no solo produjo un clásico, además abrió la puerta a un mundo de posibilidades sonoras que hoy en día se siguen explorando.