Pharrell Williams, el virtuoso de la música que ha dejado su huella en el R&B, el rap y el pop durante más de tres décadas, nos abre las puertas de su universo creativo. Desde «Hot in Herre» de Nelly hasta «Hollaback Girl» de Gwen Stefani, su toque mágico ha transformado canciones en himnos generacionales.
La pasarela como lienzo de expresión
Para Williams, la moda es otra forma de comunicar su esencia: «La pasarela es mi forma de mostrar quién soy realmente», confiesa. «Mi objetivo es siempre evocar alegría, porque siento que el mundo tiene un déficit de ella».
«Piece by Piece»: La vida de Pharrell en bloques Lego
El artista nos sorprende ahora con «Piece by Piece», un innovador filme animado que narra su vida utilizando piezas Lego. En el Festival de Cine de Toronto, Williams compartió su asombro: «Vengo de un lugar donde el ‘no’ era la respuesta habitual. Con ‘Piece by Piece’, recibimos muchos ‘sí'».
La sinestesia: El don detrás del genio
Desde pequeño, Pharrell Williams percibía el mundo de manera única. Su sinestesia, que le permite «ver» los colores del sonido, ha sido clave en su proceso creativo. «Es como si mi vista y mi oído se enviaran mensajes secretos entre sí», explica. «No concibo hacer música sin verla».
De Virginia Beach al estrellato: El nacimiento de The Neptunes
Junto a su amigo Chad Hugo, Williams formó The Neptunes, un dúo que revolucionaría la producción musical. El legendario Teddy Riley los descubrió en un concurso escolar, abriendo las puertas de una industria que parecía inalcanzable desde Virginia Beach.
Reinventarse para seguir brillando
A pesar de su éxito, Williams atravesó momentos de duda. A principios de los años 2000, Williams dice que se sentía perdido: «Me había alejado de ser estudiante y las cosas se volvieron demasiado formalistas. Y eso perturbaba mi espíritu y ya no podía sentir lo que estaba haciendo». La solución fue abrirse a nuevas colaboraciones, como «Get Lucky» con Daft Punk.
«Happy»: El himno que no esperaba crear
La canción que se convertiría en su mayor éxito nació de un encargo para «Mi villano favorito 2». «Nunca hubiera escrito algo llamado ‘Happy’ por iniciativa propia», confiesa. «Me la encargaron. Y además, no pensé que iba a tener más discos de éxito. El universo me dijo: ‘Bueno, no solo estás equivocado en eso, sino que voy a tener tres encargos diferentes que vendrán de tres lugares diferentes, y estos serán los discos más importantes para ti’. Me sentí humilde porque pensé que no podía ser pomposo. No podía ser arrogante».
La creación como privilegio, no como presión
A sus 51 años, Williams sigue innovando. Su estudio de música, instalado en su oficina de Louis Vuitton, es un símbolo de su versatilidad. «Crear no es una presión, es un privilegio», reflexiona. «Cuando disfrutas lo que haces, no puedes equivocarte».
Pharrell Williams continúa demostrando que, con pasión y autenticidad, se puede construir un legado que trasciende géneros y generaciones, siempre con la alegría como brújula.



